El gobierno ha lanzado una propuesta de acuerdo nacional para el financiamineto militar. Obviamente se trata de un acuerdo que tomará la clase política, que será discutido en los salones y pasillos del Congreso y los ministerios, donde se moverán extraños intereses y del cual los ciudadanos poco nos enteraremos y en nada influiremos. No es nada nuevo, en todo caso. Chile se caracteriza por tener una política de Defensa con cero participación ciudadana y debate público, muy similar a lo que pasa con las Relaciones Exteriores, que son temas que deciden personas que se autocalifican de “expertos” o “prohombres” indicados para decidir esas cuestiones, que por ningún motivo deberían discutirse con la gente, dicen ellos. Pero es obvio que la culpa no es completamente de ellos, sino que la desidia ciudadana colabora bastante en la situación actual, pero ¿qué pasaría si los ciudadanos decidiéramos terminar con la pasividad y actuar decididamente al respecto? Perfectamente podríamos cambiar la política de Defensa y de Relaciones Exteriores. ¿Y qué dirección tomaríamos? Obviamente no la misma que ha llevado nuestro país estos años, sino una que cualquier ciudadano conciente desearía: una que asegurara la paz, la buena relación con nuestros vecinos, la mejora de la calidad de vida de las personas, y el gasto eficiente de los siempre escasos fondos públicos. En concreto, si nuestra nueva política quisiera cumplir con lo anterior tendría una primera línea de acción basada en la búsqueda de la paz, renunciando constitucionalmente al uso de la guerra como método de resolución de conflictos (algo que ya hizo nuestro vecino Bolivia en su nueva Constitución redactada vía Asamblea Constituyente), reforzando esa renuncia con tratados de no-agresión entre países y acuerdos para la reducción progresiva y proporcional del armamento en la región y en el mundo; una segunda línea de acción sería la integración regional, promoviendo el libre tránsito de las personas por el continente (algo que ya hacen desde hace tiempo los capitales), generando acuerdos de intercambio y convalidación entre las universidades y organismos públicos del continente, y mejorando la infrastructura internacional para permitirnos llegar por vía terrestre en pocas horas a Buenos Aires, La Paz y Lima; nuestra tercera línea de acción sería asumir que el desarrollo del continente llegará cuando trabajemos mancomunadamente en ellos, por lo que firmaríamos acuerdos de cooperación técnica entre todos las agencias de desarrollo de los países de sudamérica, fortaleceríamos la economía regional creando un Banco del Sur que nos librara de la dependencia actual al FMI y al Banco Mundial, generaríamos redes continentales de abastecimiento de energía, para aprovechar las riquezas del continente y superar el absurdo de tener que importar gas desde el otro lado del mundo cuando un país vecino tiene reservas para más de un siglo, y uniformaríamos y simplificaríamos las legislaciones nacionales del continente para facilitar y fomentar la inversión de los sudamericanos en Sudamérica. Todas estas ideas, concretas y factibles, demuestran que es posible una política que reemplace a la actual, en la que Chile se cierra a sus vecinos, tiene el mayor gasto militar per cápita de Sudamérica y los ciudadanos no participamos en ninguna instancia, y que promueva una paz real y segura, que llegará solo con lareducción de armas contingentes militares, que nos integre con las naciones vecinas y que se preocupe del bienestar de los pueblos. Porque avanzar en la paz implica menos gasto militar que es a su vez apostar por el desarrollo humano, porque, bien invertidos, cada peso menos en gasto bélico, es un peso más en educación y salud, las necesidades urgentes de la gente del continente. Lo más interesante es que las propuestas de paz ya enumeradas fueron planteadas en todo el mundo por la Marcha Mundial por la Paz y la No-Violencia, que organizó Mundo Sin Guerras y que además pidió por laeliminación del arsenal nuclear mundial y el retiro inmediato de las tropas de los territorios ocupados. Lo mejor es que también pasó por Chile y se realizaron masivos actos de apoyo en Arica, Iquique, Valparaíso, Curicó y Concepción, terminando en la concentración de más de sesenta mil personas apoyando la Marcha en el Concierto por la Paz realizado en el Parque O´Higgins de Santiago, lo que habla de que estas ideas no son propuestas sin sustento sino que anhelos sentidos por cada vez más gente. Con lo que recordamos que en el Acto Final de la Marcha Mundial, que se realizó en el Parque Punta de Vacas en la frontera chileno-argentina, no sólo se terminó la Marcha, sino que se dio inició a un movimiento global para hacer realidad éstas propuestas en todo el mundo. En Chile, donde ya hay bastante apoyo, sólo nos falta avanzar con ánimo, optimismo y rapidez. Ignacio Torres
Sitio orientado a promover el estudio y la aplicación de la no violencia activa como medio de solución de conflictos personales y sociales.
lunes, 8 de febrero de 2010
Por una nueva política de Defensa Nacional
Publicado por Juan en 11:12
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1 comentario:
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